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Por: Luís Vieira
luisredacao@yahoo.com.br

Algunas personas pueden pensar que el confort en el calzado es una cuestión subjetiva, pues cada individuo tiene percepción propia sobre lo que le proporciona o no el bienestar. Sin embargo, esta forma de pensar no corresponde a la realidad, ya que existen normas técnicas creadas a partir de una metodología científica para determinar con precisión el nivel de confort proporcionado por los zapatos. 

Brasil es un país pionero en la creación de normas técnicas para cuantificar el confort ofrecido por un zapato y la metodología para hacer esta medición. Las pruebas se realizan en un ambiente preparado, obedeciendo a normas publicadas por la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT), a partir de los estudios realizados por el Comité Brasileño del Cuero, Calzados, y Artefactos de Cuero (CB-11). Estos ensayos son aprobados por la Coordinación General de Acreditación (CGCRE), del Instituto Nacional de Metrología, Calidad y Tecnología (Inmetro).

El proceso de evaluación

El camino hacia la creación de las normas comenzó con un largo estudio, con la participación de todas las partes interesadas – desde la cadena de proveedores, los fabricantes, los canales de distribución e incluso el consumidor final. Primero el comité estableció una amplia discusión sobre lo que es un calzado incómodo (aquel muy pesado, que calienta el pie, provoca lesiones, no ofrece estabilidad al caminar, hace sudar el pie, etc.). A partir de este entendimiento, se empezó a pensar sobre qué atributos entonces serían necesarios para atestiguar que determinado calzado ofrece de hecho comodidad para el usuario, y este cuestionamiento llevó a la creación del concepto que define el calzado cómodo.

Un zapato es cómodo cuando:

  • Permite a la persona concentrarse en su rendimiento;
  • Ofrece un buen calce sin presiones excesivas sobre los pies;
  • Es ligero y flexible para ahorrar energía y ahorrar la musculatura;
  • Transpira y mantiene los pies secos y ligeramente cálidos;
  • Evita la pronunciación excesiva del calcáneo en la fase del impacto del calzado con la superficie de apoyo, protegiendo de lesiones la articulación de la rodilla;
  • Ofrece tracción suficiente previniendo contra deslizamiento y caída, permitiendo pisar con seguridad y estabilidad;
  • Ofrece amortiguación en la fase de impacto del zapato con las superficies de apoyo, minimizando las vibraciones transmitidas al cuerpo, protegiendo las estructuras musculoesqueléticas;
  • Promueve la satisfacción del usuario.

Sin embargo, para llegar a la conclusión sobre si un zapato atiende o no plenamente estos requisitos, fue necesario que se creara normas técnicas, definiendo las pruebas necesarias, como se realizarían los ensayos, cuáles son los valores máximos y mínimos aceptables en las mediciones, así como los índices de temperatura y humedad del ambiente donde las mediciones ocurren. Y una serie de medidas adicionales como auditoría externa por órganos reconocidos, que validan el trabajo científico, ofreciendo toda la seguridad con relación a la seriedad y exactitud de los resultados en los informes emitidos sobre las muestras analizadas.

10 normas forman el alcance

Inicialmente, las normas que determinan el confort en el calzado estaban relacionadas solamente con el producto terminado, pero posteriormente se vió la necesidad de evaluar también los componentes aisladamente, pues ellos influencian de forma significativa en el desempeño del calzado.

Las primeras normas para la certificación de confort en calzado fueron publicadas en 2004. En el transcurso de estos 14 años, ya son 10 regulaciones en uso – siete para la evaluación del confort en calzados terminados (Norma General, Ensayo de Masa, de Presión y de Temperatura, Amortiguación de Impacto, Índice de Pronación y Percepción de Calce) y tres referentes a los componentes (Plantillas, Forros y Suelas).

COMPONENTES – Además de ensayos mecánicos para la caracterización, los componentes se analizan en cuanto a las sustancias usadas en su fabricación. La intensión en este caso es detectar si existe en la composición alguna sustancia de uso restringido y, si aparece, si la misma está dentro de los niveles aceptables, de acuerdo con las legislaciones internacionales más importantes, especialmente el Reglamento Reach, de la Comunidad Europea, que es el más estricto. La preocupación es garantizar que, además de las propiedades mecánicas que aseguran el confort, el componente no representa riesgo a la salud del usuario ni al medio ambiente. Sólo los componentes aprobados con respecto a la gestión de las sustancias restrictivas siguen la próxima etapa, que son las pruebas físico-mecánicas para evaluar aspectos relacionados a la calidad. Los que se encuentran de acuerdo con las normas siguen para la última fase, que son las pruebas biomecánicas con los componentes ya aplicados en el producto final.

El proceso de regulación de las normas para la evaluación del confort en plantillas, suelas y forros de calzado tardó tres años para ser terminado y todo este cuidado facilita hoy la selección de los materiales más adecuados para la construcción de zapatos cómodos. Una de las ventajas es que las empresas que quieren desarrollar calzado cómodo pueden adquirir componentes certificados, lo que facilita el desarrollo de productos con tal atributo.

Cómo funciona el trabajo de evaluación y certificación de confort en el calzado
La secretaría del Comité Brasileño del Cuero, Calzados, y Artefactos de Cuero (CB-11), que es el órgano responsable de la definición de las normas de evaluación de los calzados y sus materiales componentes, queda en Novo Hamburgo, en el extremo sur de Brasil, los principales polos de tecnología e inteligencia del sistema cuero-calzado brasileño. Se instala en la sede del Instituto Brasileño de Tecnología del Cuero, Calzado y Artefactos (IBTeC), que congrega uno de los más completos complejos de laboratorios de América Latina para la evaluación de calzado y sus materiales. El instituto también creó el Sello Confort para destacar los productos aprobados en todas las respectivas normas. El sello tiene una duración de un año. Después de este período, la empresa debe someter el modelo certificado a nuevas pruebas, si tiene la pretensión de continuar usando el sello, pero la recertificación sólo es posible si se vuelven a comprobar todas las propiedades necesarias. Es necesario observar que esta certificación se refiere al producto probado y no a la marca, por lo que debe estar adjuntado al producto y no a la caja en que será embalado.

El coordinador del Laboratorio de Biomecánica del instituto, Dr. Aluisio Avila, subraya que para que sea posible desarrollar un calzado cómodo es necesario conocer la estructura básica de los pies, su anatomía y sus funciones durante el caminar. «Los pies son sometidos a altas cargas por el propio peso del individuo, poseen una estructura tridimensional variada llegando a aumentar de 4mm a 8mm durante la fase de apoyo y eso necesita ser considerado por los técnicos que desarrollan el calzado», enseña el investigador. Se explica, además, que la evaluación de calzado comodidad implica varias investigaciones relacionadas con factores tales como la distribución de la presión plantar, absorción de impactos, la fuerza de reacción del suelo, el movimiento posterior del pie, la alineación del pie y de la pierna, la sensibilidad del pie, la masa y microclima del calzado, entre otras. Todas estas variables le permite determinar con exactitud los niveles de confort en cualquier tipo de zapatos «, explica.

Normas y aplicaciones 

Las investigaciones sobre el confort en los zapatos vienen siendo desarrolladas en las últimas décadas, pero, hasta donde se sabe, Brasil continúa como el único país que posee normas certificadoras publicadas para evaluar científicamente este atributo en los calzados. Los ensayos para la determinación del confort en los zapatos consideran la masa (peso), el ángulo de pronación (conjunto de movimientos realizados durante la marcha humana que envuelve el pie, el tobillo, la rodilla y la cadera), la temperatura interna, la percepción del calce, la absorción del impacto y la distribución de presión plantar.

La Norma General NBR ABNT – 14834/2015 Confort del Calzado determina que cada una de las otras seis normas presenta el nivel de confort proporcionado por el calzado, que es clasificado como cómodo, normal o incómodo. La suma de la puntuación de todas las normas equivale al índice de confort del calzado. Sin embargo, si alguna norma presenta un nivel incómodo, el producto se rechaza automáticamente.

NBR ABNT 14835/2013 – Determinación de la masa del calzado – A través de una balanza digital, se verifica la masa (peso) del calzado. Se realizan tres medidas para cada pie, en cada numeración. Se hace el promedio entre el calzado derecho e izquierdo. Los parámetros para la determinación de los niveles de confort del calzado son por la numeración 35 para el femenino, numeración 40 para el masculino y el infantil se determina conforme a la cuadrícula utilizada por la empresa.

– Para medir la presión plantar se utilizan las plantillas sensorizadas que se acoplan a la región interior del calzado. De esta forma, se determinan los picos de presión plantar dinámico para las regiones de los metatarsos y del talón, definiendo sus niveles de confort.

NBR ABNT 14837/2011 – Determinación de la temperatura interna del calzado – Realizado a través de sensores de temperatura fijados directamente en el pie del modelo de calce. La determinación de la variación de la temperatura interna del calzado se realiza durante treinta minutos de caminata en cinta instrumentalizada.

– NBR ABNT 14840/2011 – Determinación de los Niveles de Percepción del Calce – Después de una caminata de 30 minutos en cinta se realiza un cuestionario relacionado con la comodidad del calzado percibido por el modelo de calce. También se realiza una evaluación de los pies del modelo de calza con el objetivo de observar la presencia de marcas, presiones o lesiones.

– NB ABNT 14838/2011 – Determinación del Índice de Amortiguación del Calzado – Evaluado a través de plataformas de fuerza, el ensayo consiste en el modelo de calce caminar descalzo y con el calzado sobre las plataformas. El índice de amortiguación está determinado por la tasa de aceptación del peso (TAP) calculada a partir de la curva F x T (fuerza por tiempo). Se hace la comparación entre estas dos condiciones, indicando cuánto el calzado absorbe del impacto durante la marcha.